lunes, 27 de septiembre de 2010

I have (not) got wo(man).


Por suerte o por desgracia, hay momentos en los que nos sentimos el Homo Sapiens más solo planeta y necesitamos recurir al afecto, ya sea vía oral o vía SMS. Buscamos desesperadamente esas medias naranjas en las que nunca creímos y cuando nos gusta alguien, nos intentamos autoconvencer de que es la persona que queremos que nos chille.( Y digo chille y no susurre. Que en estos tiempos que ocurren, no hay poetas ni romanticismo por ninguna parte.)

Durante las primeras semanas, nos engañamos a nosotros mismos pensando que va a ser perfecto, que es la parte que te faltaba, que el sujeto no es un sucedáneo y que te vas a enamorar perdidamente. Pero (por si acaso) no perdemos la cabeza del todo y eso último, lo dejamos para más adelante.

Y es que el maldito Hollywood hace tanto daño que deseamos oir
T'estimo, Ich liebe dich, Je t'aime, Mi amas vin, Kimi o ai shiteru, I love you, Aloha i'a au oe o Vos amo por todas partes, expresión que siempre está y estará de moda. Es algo así como el cha cha chá, que aunque algunos lo quieran ocultar, nunca jamás nos dejarán de gustar.

Pero la cuestión no radica en el romanticismo, la cuestión radica en el valor de palabra y todo esto ha sido pura palabrería barata.

martes, 21 de septiembre de 2010

La vida secreta de las palabras.



Por mi culpa.

Nuestros mayores nos dijeron que la vida era un valle de lágrimas. Nosotros, como venganza, quisimos educar a nuestros hijos haciéndoles creer que la vida era un parque de atracciones. Lo bueno que tenía el partir de una expectativa tan baja, el célebre valle de lágrimas, era que las criaturas nos lanzábamos al mundo con la idea de que todo sería cuesta arriba, de tal manera que la vida, finalmente, resultaba ser una grata sorpresa y nosotros podíamos reservarnos una dosis de rencor, que siempre gusta, hacia quien nos había inoculado la idea de que la alegría siempre es un sentimiento que ha de ser castigado. El influjo del valle de lágrimas perdura. La felicidad carece de prestigio intelectual. No verán ustedes un escritor que declare su alegría abiertamente: unos dicen sufrir por el mundo desde que se levantan; otros, más sinceros en el fondo, sufren sin descanso por su obra, y los terceros, entre los que reconozco que me encuentro, jamás confesaremos nuestra dicha por terror a perderla. Soy de las que no declaran su felicidad por no ofender a los infelices y no manifiesto mi tristeza porque siempre encuentro personas con más derecho a quejarse que yo. Miedos, supersticiones, inseguridad. De cualquier manera, hay momentos en que me parece mucho más peligroso hacer creer a un niño que la vida, esa incógnita, será un parque de atracciones. Nuestros padres desconocían que existiera una "psicología infantil"; nosotros, en cambio, hemos querido darle un cuerpo teórico a la educación de nuestros hijos y nos está fallando la práctica. A menudo, escucho a los padres de ahora que lo importante es reforzar la autoestima del niño. Hay, en el mismo instante en que usted lee este artículo, cientos de miles de padres españoles reforzándoles la autoestima a sus niños; es decir, haciéndoles ver que son guapos cuando no lo son tanto; que son listos, cuando está por ver; que se lo merecen todo, cuando no han demostrado nada. El problema es que una vez que las criaturas hayan de convivir con otros niños se enfrentarán al hecho de que nadie les alaba tanto como sus padres y, a menudo, sus desproporcionadas expectativas se verán frustradas. Los padres, angustiados con la decepción de un niño que encuentra que la vida no es un permanente parque en el que se tiene derecho a ticket para todas las atracciones, reaccionarán reforzando más si cabe la dichosa autoestima. Como resultado, no es infrecuente encontrarse con chavales rebosantes de autoestima e infelices por no encontrar un mundo a su altura. Hace tiempo que vengo dándole vueltas a esto. La psicología barata ha hecho mucho daño poniendo el acento en el yo: hay que aprender a quererse a uno mismo, librarse de la culpa. Parece que se busca un tipo de persona que sólo se preocupe por satisfacer sus deseos. Por fortuna, hay otras corrientes que entienden que lo que el individuo necesita es hurgar menos en su interior y estar más atento a lo que ocurre en el mundo.
[...]

Elvira Lindo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

En estos tiempos que corren...

Me he re-enamorado de Best of you, de los Foo y cortado el pelo. He comido el mejor brownie del mundo y he ido a la playa. He estudiado geografía física y política de España y algo raro sobre medicamentos. He leído Lolita y he visto a HH. He almorzado Mc Donald's y cenado Big Mac en un parque. He escuchado Wish you were here, La vie en rose y el maravilloso Rap Sonrisa. He visto fotos de señores raros con gatos en la cabeza en medio de NYC y he echado de menos a Oh Brother!, yo quiero uno. He amado más a Ramón Rodriguez, que a pesar de lo que digan, no es un barbudo gilipollas, pero ya no hay Ferreiro (y eso es muy triste). Pero yo, yo no estoy triste y no soy una persona triste. Solo, que ya no soy esa persona. Es algo así como la materia, que ni se crea ni se destruye. Y eso, sí que lo es.
Señores, en estos tiempos de poca inspiración aparece el amor y otros monstruos

jueves, 9 de septiembre de 2010

THE NEW RAEMON

Mamífero nacido en Barcelona en 1976. Se dedica a cantar en Madee y Ghouls'n'Ghosts. En los últimos meses ha creado este proyecto con el propósito de darle la brasa a la gente con sus canciones en castellano. Nos come muy mal. Es muy peludo. A veces nervioso. Tiene dos hijas, las dos muy guapas. Nunca mira el fútbol. Quiere dejar de fumar. Lleva años enamorado de la misma chica. Es daltónico. Su abuelo se llamaba Fabián. Suele meter la pata. Poco a poco nos está aprendiendo a ser responsable. Es zurdo pero toca la guitarra cómo un diestro. O sea, que a la vez es ambidiestro. ¡Que alguien le pague un barbero, por Diós!


Totalmente recomendable :

Anatomie Humaine [Deux].

El corazón tiene las dimensiones de un puño y su forma es semejante a la de una pera con la punta hacia abajo.
El corazón es el órgano que simboliza el amor, sigue el ritmo de las emociones. Normalmente en una persona adulta el corazón se contrae entre sesenta y setenta veces por minuto. En el de una persona enamorada muchas más, a veces llega hasta cien sin que ni siquiera se de cuenta.
El corazón es el último órgano en rendirse, continúa latiendo, incluso cuando está separado del organismo, incluso cuando te abandona la persona amada, incluso cuando ya no quieres sufrir más, porque pierdes el control sobre él cuando está enamorado, cuando tu corazón late fuerte por otra persona ya no eres tú quien manda, manda él.
El hombre no sabe porqué se enamora, el hombre se trastorna y punto. A veces se vuelve ridículo, a veces confuso, a veces llega a ser incluso peligroso.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Homo sum, humani nihil a me alienum puto.




"Déjame decirte algo que tú ya sabes. El mundo no es todo sol y arco iris. Es un lugar muy desagradable y mezquino. Y da igual lo duro que tú seas. Te pondrá de rodillas a golpes y te dejará ahí para siempre, si tú le dejas. Ni tú, ni yo ni nadie va a golpear más fuerte que la vida, pero la cuestión no es lo fuerte que tú pegas, sino lo fuerte que puedes llegar a ser golpeado mientras continuas avanzando. Cuánto puedes aguantar mientras sigues hacia adelante. Así es como se gana. Ahora, si sabes lo que vales, sal ahí y consigue lo que mereces, pero tienes que estar dispuesto a aguantar los golpes y no señalar con el dedo, diciendo que no estas allí por culpa de él, de ella ni de nadie. Eso es lo que hacen los cobardes y tú no lo eres. Tú eres mejor que eso."

Rocky VI


Hoy con especial cariño.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Pensión Compleja.

Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos. Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más. Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez. El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras. Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso. El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón. No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú. Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios. Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo. Para a acabar, te he deja do un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión. Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson. El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar, y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en fachada y estructura. Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos. Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más.

Risto Mejide.

jueves, 2 de septiembre de 2010

sans titre


[…] Pero, como en el fondo soy un caballero de los de antes, no me aprovecho, y con un casto beso en la mejilla me conformé. Porque yo no tengo prisa,¿sabe? Lo bueno se hace esperar. Hay pardillos por ahí que se creen que si le ponen la mano en el culo a una mujer y ella no se queja, ya la tienen en el bote. Aprendices. El corazón de la hembra es un laberinto de sutilezas que desafía la mente cerril del varón trapacero. Si quiere usted de verdad poseer a una mujer, tiene que pensar como ella, y lo primero es ganarse su alma. El resto, el dulce envoltorio mullido que le pierde a uno el sentido y la virtud, viene por añadidura. Aplaudí su discurso con solemnidad. […]

La sombra del viento,
Carlos Ruíz Zafón.