
Estudiando el autorretrato de Vincent van Gogh reafirmé mi amor por las barbas masculinas. Vi que tenía una forma parecida a la de mi querido Raemon y que esta era igual de pelirroja que la de un amigo con el que coincido en el baño de mi casa mientras nos lavamos los dientes.
Luego, no sé si por el azul del fondo y del traje o por las ondas, pero me acordé del mar. Hace poco estuve escuchándolo, cosa que siempre me ha relajado, y como noté que se me erizaba la piel escuché aquella canción que dice “Anoche pasé frío y me desenamoré un poquito” y cargué mis pilas.
es bonito ver las cosas bonitas,pero cuando vez las cosas menos bonitas y te sigue gustando es mejor.
ResponderEliminarMuy de a cuerdo ♥.
ResponderEliminar