lunes, 9 de mayo de 2011

Envie momentanée.

La verdad es que jamás pensé que el chico que vive tres calles paralelas a la mía tuviese dentro lo que leí aquel día mientras preparaba la comida para mi y para mi hermano pequeño. Y digo jamás porque a pesar de que sea esa clase de personas que no creen ni en los jamases, ni en los nuncas y menos en los siempres esa vez me quedé estupefacta. No podía concebir muchas cosas de mi antiguo compañero, el chico con el que siempre me bajaba en coche, el que me hacía rabiar como nadie y al que le debía un par de brownies, pero me acuerdo del momento exacto en el que leí su entrada de piratas en un su blog.

Lo leí, me quedé estupefacta, se me quemó la comida un poco y fui directa a darle la enhorabuena y ya, de paso, a hundirme un poco y mostrarle mi grata sopresa.

Por suerte (y con ayuda de The Sounds of the silence de Simon & Garfunkel) estaba y estoy de exámenes y pronto me fuí a pintarme las uñas y se me olvidó por un rato.

2 comentarios:

  1. Muy bonito, ya me cae mal ese chico :)
    Sigue asi, vales mucho!!

    Te seguimos desde http://criandopelusas.wordpress.com/

    Saludos

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  2. A mí tb me cae bien, por fin en algo que estamos de acuerdo.

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